Muchas marcas de cremas para manos utilizan tarros o tubos con aberturas amplias, lo cual no ayuda en absoluto a mantener la higiene. Cada vez que alguien usa un tarro, introduce los dedos directamente en la crema. Esto significa que los aceites de la piel, las bacterias y toda la suciedad adherida a la mano pasan al resto de la crema. Esto contamina el producto y, si las condiciones son cálidas y húmedas, se convierte en un caldo de cultivo para microbios. Con el tiempo, incluso una pequeña cantidad de contaminación puede hacer que la crema pierda sus conservantes, volviéndola insegura mucho antes de la fecha de caducidad. Los tubos con tapa giratoria son algo mejores, pero todos sabemos que las personas aprietan los tubos, haciendo que la crema sobrante pueda contaminar directamente la piel, y la tapa puede convertirse en un foco de proliferación microbiana si no se limpia.

Las bombas dosificadoras utilizan un diseño especial de sistema cerrado para proteger la crema para manos de posibles daños. Cuando un usuario presiona la bomba, un mecanismo de vacío extrae una cantidad específica y sin contacto de crema desde el recipiente. No hay contacto directo de la piel con el producto en masa. Una bomba también incluye un mecanismo de no retorno. Cuando se dispensa la crema, no se permite que el aire u otras partículas extrañas regresen al frasco. Este sistema cerrado garantiza la pureza desde el primer uso de la crema hasta la última aplicación, asegurando que cada uso sea limpio. La mayoría de las bombas dosificadoras tienen un diseño de sistema cerrado que incluye una tapa segura para cubrir la boquilla cuando no está en uso, proporcionando una capa adicional de protección contra la contaminación externa.
Un problema que enfrentan las cremas para manos es la pérdida de su vida útil, y esto se debe principalmente a la contaminación. Las bombas reducen la contaminación y mantienen las cremas para manos efectivas por más tiempo. Por ejemplo, las cremas para manos no contaminadas envasadas con bombas conservarán su frescura y no desarrollarán olores ni texturas desagradables hasta que todo el contenido del frasco se haya utilizado. Esto es excelente para los clientes, ya que les permite aprovechar al máximo sus compras y también reduce el desperdicio. Hay menos desperdicio porque se tiran menos cremas parcialmente usadas y contaminadas. Para las empresas, hay menos quejas de clientes. Esto ayuda a mejorar su reputación en cuanto a calidad y confiabilidad.
En todo el mundo, las culturas tienen diferentes normas y expectativas en cuanto a la higiene de los productos de cuidado personal, pero las bombas dosificadoras cumplen y superan sin excepción estas normas. Para los consumidores de Europa y Asia oriental, que valoran una higiene estricta, el diseño de sistema cerrado de las bombas ofrece productos que reducen el contacto con gérmenes, satisfaciendo así sus expectativas. En otras regiones, las bombas proporcionan una comodidad considerable, ofreciendo una dispensación fácil y sin desorden: nada más de dedos pegajosos por usar cremas en tarro ni dificultades para exprimir un tubo. En cuanto a la edad y capacidades, las bombas dosificadoras para loción también son universalmente fáciles de usar. Esto significa que los productos con bomba dosificadora son accesibles para todos. Debido a esto, las marcas que incorporan bombas dosificadoras en sus productos de crema para manos están mejorando la higiene y la facilidad de uso de una manera universalmente atractiva.
Cada dosificador de loción está fabricado de forma diferente, y elegir el correcto es importante para el producto de crema de manos en términos de higiene y satisfacción del cliente. El dosificador debe dispensar la cantidad promedio utilizada para cada aplicación de crema de manos. Si la cantidad dispensada es demasiado alta, se desperdicia valiosa crema de manos, y si es demasiado baja, significa que el cliente tiene que accionar el envase muchas veces. Esto también aumenta el riesgo de tocar la boquilla, lo cual es poco higiénico. El dosificador también debe utilizar plástico de grado alimenticio o cosmético, y debe cumplir con el umbral de durabilidad del dosificador, ya que este debe mantener la función de higiene del producto durante toda su vida útil sin romperse ni filtrarse. Para cremas de manos espesas, el dosificador debe tener, internamente, un tubo más grueso y grande para permitir una dispensación libre de obstrucciones.